Un periodista en el Concilio


4 de diciembre de 1962


LA IGLESIA, LUZ DEL MUNDO

Se podía esperar: las ideas que anteayer sonaban en la voz del cardenal Montini y ayer en la de Léger, han sonado hoy en la del cardenal Suenens en una intervención realmente memorable. El problema fundamental que tiene en estos momentos el Concilio es el de estudiar su plan de conjunto, ha venido a decir. Y para ello es necesario volver incesantemente la vista al fin que el Concilio se propone. Esta es la condición esencial para que los trabajos futuros vayan mejor ordenados y para que la obra de las comisiones sea bien comprendida como un trabajo particular que se integra en un conjunto. El Concilio Vaticano I fue el Concilio del Primado del Papa. Este debe mostrar a la Iglesia como luz del mundo. "Ecclesia lumen gentium." Por ello este esquema que está estudiándose es el eje del Concilio. Así pues yo propondría un programa de trabajo que estudiase primero la Iglesia "ad intra" y luego la Iglesia "ad extra", es decir: primero la Iglesia vista desde dentro, y luego la Iglesia tendida hacia afuera. La Iglesia ha recibido la misión de los apóstoles: "Id y enseñad a todo el mundo y bautizadles". "Id" es la misión de la Iglesia. "Enseñad" es su misión magistral. "A todo el rnundo" es la universalidad de esta misión. "Y bautizadles', es su misión santificadora. La Iglesia debe, pues, ir hacia ese mundo que la espera y dar una respuesta a los problemas que hoy se plantea el mundo: el respeto a la persona humana, la inviolable defensa de toda vida, los problemas de la procreación consciente, de la justicia social, de los pueblos subdesarrollados, de la evangelización de los pobres, de la paz y la guerra, de modo que la Iglesia aparezca realmente como luz del mundo. Porque la Iglesia no sólo tiene sus propios fieles, ha de pensar también en los separados e instaurar un diálogo con el mundo en las líneas señaladas por el Santo Padre en todos sus discursos, pero especialmente en el del 11 de octubre.

¿Cómo no ver la trascendencia que estas intervenciones van a tener en esta "última curva" de la sesión? En ellas vienen a recogerse muchas preocupaciones que en estos dos meses han circulado por Roma. Y cuajarán en resultados. Quizá no tardando mucho.

Concretamente en torno al esquema han seguido diseñándose las conocidas posturas. Las críticas más duras las han hecho hoy los cardenales Frings y Bea.

El cardenal Frings encontraba sus formulaciones parciales y abstractas. El texto -según él- no se inspiraba lo suficiente en la antigua tradición griega y latina, sino más bien en teólogos del siglo XIX. El esquema está redactado en términos jurídicos. Debería haberse dado una visión del pueblo de Dios en marcha y evitar una interpretación demasiado estrecha del Cuerpo Místico.

El cardenal Bea encontraba que en el esquema faltaban bastantes cosas esenciales: El fin de la Iglesia, formulado como estaba en términos jurídicos, no aparecia claramente. El primado de Pedro se presentaba fuera de la colegialidad del Episcopado. Y el esquema, sobre todo, tal y como se presenta, no parece responder a los fines pastorales y ecuménicos que según el discurso de apertura debía tener el Concilio.

Un punto importante ha sido el tocado por monseñor Blanchet y monseñor Guerry. El primero, rector del Instituto Católico de París, lamentaba que en el esquema no se encuentre una teología coherente del Episcopado. No se ve en él al obispo apóstol que sufre no sólo por sus ovejas fieles, sino también por las que están lejos del redil. En el esquema se trata sólo de poner en relieve la autoridad del obispo de un modo demasiado desenganchado de su ministerio. Una verdadera autoridad no necesita estar siendo proclamada a diario. Una verdadera autoridad se traduce en términos de servicio.

En estas ideas abundaba monseñor Guerry, obispo de Cambrai, que pedía sobre todo que se destacara la sacramentalidad del Episcopado y la paternidad del obispo, paternidad que es una verdadera fuente de vida en la Iglesia.

Otra sugerencia importante hecha en esta sesión es la que recoge el comunicado oficial: "Los seglares pueden también ofrecer una preciosa colaboración a los estudios del Concilio en las materias de su específica competencia, como lo son los medios de comunicación social y otros temas que se refieren a los diversos aspectos de las actividades de los seglares católicos en el mundo actual".


EL PAPA: UN OYENTE ATENTO

Hoy podemos registrar una curiosa anécdota llena de ternura y significado. En la sesión de la mañana monseñor Guerry habló -como acabo de recoger- sobre la paternidad del obispo. Pues bien: esta tarde, a las cuatro, monseñor Guerry ha recibido la visita de un monseñor de la Secretaría de Estado que le traía una carta de monseñor Dell'Acqua y un voluminoso paquete. En la carta se le decía que el Papa había oído con interés su intervención de la mañana y que, para felicitarle, había dicho que le enviaran hoy mismo como obsequio los tres tomos en que se recogen los escritos y mensajes pontificios. Y se le decía además: "Fíjese en la página 317 del tercer torno"'. En esta página monseñor Guerry se encontró una larga cita en la que el Papa recogía varios párrafos de la obra del obispo francés sobre "El obispo".

¡Y pensar que el Papa está aún enfermo! Pero, se ve, no hay enfermedad que pueda debilitar la bondad de un corazón como el suyo.

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