Un periodista en el Concilio


28 de noviembre de 1962


TEMA DEL DIA: LA SALUD DEL PAPA

La noticia que ayer corrió por Roma cubre hoy la primera página de los periódicos de la ciudad. Según unos, se trata de cáncer a la próstata; según otros, de un derrame estomacal; otros inventan las más extrañas dolencias. Pero la única verdad es que no se sabe nada. Hace ya muchos años, el cardenal La Puma dijo una frase decisiva para casos como éste: "un Papa está siempre bien hasta el día en que se muere". O, dicho con frase de un periodista: "Los Papas sólo tienen una enfermedad: la última".

El Vaticano -y se comprende- no ama los rumores en torno a la salud de los Papas. ¿Para qué tener en vilo a la cristiandad durante meses y meses? Así que hemos de contentarnos con cábalas. Ya que la única noticia cierta que hay es que ayer y hoy han sido suspendidas las audiencias del Papa, según Radio Vaticana, "por un leve malestar". La cosa no es precisamente muy indicativa. Ni lo es el hecho de que esta noche llegue de Bolonia el doctor Gasbarrini, ya que suele venir todos los finales de mes.

Mientras, los periodistas han sacado sus archivos y de ellos todo el cuadro clínico de Juan XXIII, un historial rebosante de salud: nunca ningún biógrafo del Papa Roncalli registró enfermedad alguna importante en sus años anteriores al Pontificado. Y en estos cuatro años sólo pueden señalarse: una ronquera en noviembre de 1959; un dolor de muelas, que le produjo un flemón en la mejilla derecha, en diciembre de 1960, y una gripe, que duró tres días, en octubre de 1961. Balance que, para un hombre de ochenta y un años, denota una salud de hierro.

Para mañana han anunciado un comunicado oficial del doctor Gasbarrini, pero todos sabemos que en él no dirá nada. O vaguedades o alguna novísima enfermedad desconocida. Habrá que seguir esperando. Pero entre temores.

-Si el Papa muere..., adiós Concilio- ha vuelto a decirme Gianni-; hay demasiada gente asustada por las reformas que va a introducir.

Yo le digo que no. Por la simple razón de que hay Dios en el cielo. Y Dios se juega demasiados intereses en este Concilio como para permitir que una enfemedad le gane la partida.


LA VOZ DE ORIENTE

¿Cómo va el esquema de la Unidad? Dos sesiones y media sobre él han permitido una ya numerosa baraja de opiniones en torno a su planteamiento. Recojamos algunas significativas:

1.ª Muchos Padres -y entre ellos podríamos recoger como significativa la opinión del cardenal Tappouni- han visto con agrado este esquema, que es un gesto de amor hacia las Iglesias orientales. El hecho de que se haya dedicado un esquema a tratar las relaciones con ellas solas y que este esquema sea de los primeros en ser estudiados por el Concilio supone un afán de amor y de unidad que los ortodoxos no podrán dejar de apreciar. El esquema es tanto más necesario cuanto que esta herida parecía preocupar menos en la cristiandad, ya que los católicos, muy preocupados por los problemas misionales, por ejemplo, no parecían descubrir esta gran misión de doscientos millones de hermanos tan cerca realmente de nosotros.

2.ª Otros Padres, viendo todos estos aspectos positivos, encontraban el esquema muy mejorable. Y en este aspecto ha sido interesantísimo el desfile de oradores orientales católicos.

El Patriarca greco-melchita de Antioquía, Maximos IV -bien conocido por la valentía y extremosidad de sus posiciones y por haber hecho todas sus intervenciones en francés-, fue quien rompió el fuego. Las Iglesias de Oriente -dijo- son Iglesias apostólicas engendradas por los apóstoles. No son iglesias filiales, puesto que existen desde los primeras días. El esquema no muestra con suficiente claridad cómo Pedro recibe su puesto de Primado en el colegio de los obispos. Es necesario insistir ante todo en la colegialidad de la Iglesia y entonces el Papado aparecerá como el fundamento de esta colegialidad,

Pero el momento de mayor emoción en al Aula ecuménica se registró cuando Maximos IV repitió su conocida idea de que ellos, los orientales católicos, estaban dispuestos a dar sus vidas por la causa de la Unidad y a ceder sus sitios a los ortodoxos el día que la unión se realice. Nosotros -dijo hace tiempo el Patriarca al P. Wenger en una entrevista que publicó "La Croix",- somos tan católicos como cualquiera y estamos dispuestos a derramar nuestra sangre por la fe católica. Pero no somos latinos ni lo queremos ser. Nuestra misión está en demostrar que se puede ser a la vez íntegramente católico e íntegramente oriental.

La misma línea de pensamiento desarrolló monseñor Zoghby, vicario patriarcal greco-católico de Egipto: La Iglesia oriental si ha reconocido siempre la primacía del obispo de Roma, aunque imprecisamente, nunca ha formado parte de la Iglesia latina. No emana de ella ni le debe su existencia. Su desarrollo dogmático y disciplinar es independiente del de la Iglesia latina. La Iglesia de Oriente es, pues, una Iglesia-fuente, como es la Iglesia latina en Occidente. El dogma es idéntico en sustancia, pero la teología es diversa. Esta diferencia de tradiciones de pensamiento, de disciplina se refleja en la diferencia de los ritos. Esta liturgia diferente ha sido siempre reconocido por Roma. Hay que ir hasta el fondo de este principio y reconocer la legítima diferencia de disciplina y de teología. "A lo largo de los siglos -prosiguió monseñor Zoghby-, la Iglesia de Oriente y la de Occidente han evolucionado en la dirección hacia la que les impulsaba su propio peso histórico. Las Iglesias ortodoxas han evolucionado hacia una autonomía cada vez mayor: la Iglesia católica ha caminado en el sentido de una centralizacián excesiva. Católicos y ortodoxos no podrán unirse más que equilibrándose en una armonía común." "Se ha dicho -concluyó- que éste no es un Concilio de unión. Sea. Pero mientras los cristianos estén divididos, ningún Concilio animado por el espíritu de Jesucristo puede desinteresarse de la unión.

3.ª A estas interesantes intervenciones se añadieron las de otros Padres, que criticaban el lenguaje del esquema, lo encontraban áspero y demasiado tajante -como dice el comunicado oficial- y sin espíritu ecuménico. Aunque otros Padres temen que un espíritu irenista incline a buscar la verdad omitiendo o arrinconando las verdades católicas.

4.ª Un nuevo problema proponían aquellos Padres, que, comentando las afirmaciones en las que el esquema habla del interés que siempre ha tenido la Iglesia por el problema de la unidad, opinaban que, si bien esto era verdad en el fondo del alma de la Iglesia, muchas veces las realidades históricas de los católicos no han correspondido a este afán unificador. Creían por ello más oportuno que el esquema exponga la responsabilidad que ambas partes han tenido a lo largo de los siglos en el problema de la unión. Todos, católicos y ortodoxos, tienen motivos, sobre todo en el terreno de la omisión, para revisar las propias opiniones y corregir los errores del pasado. Es necesario superar las rencillas de carácter histórico y pasajero, en las que tanta parte tienen las pasiones y la fragilidad humana. Monseñor Ancel, auxiliar de Lyon y Superior general del Prado, tocaba concretamente este tema comentando las palabras de la liturgia "en espíritu de humildad con ánimo contrito". "Los cristianos -decía-, pertenezcan a la Iglesia a la que pertenezcan, no deben solamente glorificarse en su fe. Deben ser conscientes de sus propias faltas y no ocultarlas o tratar de ignorarlas por amor a la Iglesia. La verdad no nos pertenece a nosotros. Somos nosotros quienes pertenecemos a la verdad."

5.ª Pero quizá el mayor problema que se tocaba en casi todas las intervenciones era el de los contactos de este esquema con los otros dos que tratan del problema de la unidad. Volvía con ello a replantearse el problema que ya afloró en el esquema de la Revelación: que al haber trabajado con casi absoluta independencia las comisiones preparatorias nos encontramos con tres esquemas, en los que se afronta el problema de la unidad: uno, que estudia los aspectos teológicos de la cuestión, elaborado por la Comisión teológica, como uno de los capítulos del esquema "De Ecclesia"; otro, elaborado por el Secretariado de la Unión de las Iglesias, en el que se revisan todos los problemas ecuménicos con protestantes y ortodoxos; y este tercero, preparado por la comisión oriental, con referencia solamente a los orientales. ¿No sería más conveniente refundir los tres esquemas en uno solo? La mayoría de los Padres parecía inclinarse a esta opinión para evitar repeticiones inútiles. Pero algunos Padres señalaban la conveniencia de estudiar separadamente los problemas de los protestantes y de los ortodoxos. Estos no aman verse tratados en el mismo plano que aquellos y la propia teología católica coincide en colocar en planos muy distintos el cisma y la herejía. Por el momento, parece que no puede decirse cuál será la decisión de la mayoría, aunque parece apuntarse la solución de una comisión mixta de las tres comisiones que refunda y organice los tres esquemas sobre la unidad en uno solo, con una primera parte teológica común y dos apartados distintos referidos a protestantes y ortodoxos. Habrá que esperar a la votación, que decidirá.


UNA PETICION DEL CARDENAL OTTAVIANI

Otra novedad interesante en la sesión de hoy ha sido la petición del cardenal Ottaviani de que tras el esquema de la Unidad se estudie el esquema sobre la Virgen, en lugar del anunciado "De Ecclesia". El cardenal apuntaba que, faltando sólo seis sesiones conciliares, no podía esperarse que se concluyese el estudio del larguísimo esquema sobre la Iglesia mientras que sí habría tiempo de ver el breve esquema sobre la Virgen.

El Consejo de Presidencia no ha decidido aún sobre esta petición. Pero no creo que prospere. La mayoría del Concilio tiene verdaderos deseos de acometer el estudio del esquema "De Ecclesia", que todos ven como central de este Concilio. Y piensan que, aún no acabándose su estudio, sólo una primera revisión a su planteamiento sería más importante que el estudio completo del esquema sobre la Virgen.

Por cierto que parece que vuelve a calentarse el ambiente ante la proximidad del esquema "De Ecclesia", tras las sesiones más tranquilas y algo lánguidas de los últimos días. ¿Vamos a asistir a una batalla parecida a la del esquema sobre la Revelación? Los Padres no han elegido la tranquilidad, como titulaba el otro día Témoignage Chrétien. Evidentemente.

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