El asunto ha encontrado su decisión lógica: el Papa ha mandado retirar el esquema de Revelación. La decisión se imponía: ¿para qué perder tiempo en un esquema al que se oponía un sesenta y tres por ciento de la asamblea? ¿Iba un juridicismo a detener la marcha del Concilio, a agriar los ánimos quizás? El Papa ha decidido.
Y ha decidido con esa elegancia suya: no ha querido aparecer personalmente, para que nunca se creyera que tomaba partido hacia ninguna tendencia. Pero lo ha hecho de modo que no quedaron dudas de que la decisión venía de arriba: a través de una carta de la Secretaría de Estado. (Por cierto que he visto que algunos ambientes procuran quitar hierro a la cosa y dicen que el esquema ha sido retirado por el cardenal Cicognani, como presidente del Consejo de Asuntos Extraordinarios del Concilio. Pero el comunicado oficial no deja dudas. Carta de la Secretaría de Estado.)
La decisión es, además, completísima: se crea una comisión mixta para que elabore el nuevo esquema; una comisión con miembros de la teológica y del Secretariado de la Unión, que, normalmente, será presidida simultáneamente por los cardenales Bea y Ottaviani.
He aquí, pues, un asunto cerrado. Y un abundante material de meditación. El Papa nos dijo a los periodistas en su discurso de bienvenida que aquí, en el Concilio, podríamos ver en verdad a la Iglesia. La estamos viendo. Y, vive Dios, que vale la pena vivir en ella.
Y por si alguna duda quedaba, el Papa ha puesto el broche de oro esta mañana al decir a los peregrinos que ha recibido: "¿Cómo no va a ir bien el Concilio? Yo se lo he pedido a la Virgen y ella hace bien las cosas.
Entre los muchos comentarios a los sucesos de estos días me parece el más justo éste, de Ernesto Pisoni, publicado en "Il Corriere della Sera":
"Demuestra no conocer la historia de los Concilios el que tiende a dramatizar la vivacidad, la seriedad y aun la puntillosa tenacidad de las discusiones y de las divergencias entre los Padres Conciliares. Un Concilio no sería un verdadero Concilio sino una grandiosa reunión ceremonial puramente académica, si los Padres no se sintieran obligados en conciencia a defender sus propias opiniones y sus propios puntos de vista, aun en radical contraste con otras opiniones y otros puntos de vista... Esto que ha ocurrido en los días pasados en el Concilio encaja exactamente en la tradición de discusión y de tolerancia que ha acompañado siempre a la Iglesia en los siglos pasados, cuantas veces se ha tratado de enunciar en términos humanos los datos de la verdad, pertenecientes al mundo de lo divino y sobrenatural."
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