Ninguna novedad en la sesión de hoy. Los mismos argumentos, las mismas tendencias, quizá un poco más equilibrado que el primer día el número de opiniones a favor o en contra. ¿Se llegará así a la votación? ¿Se buscará una solución intermedia? ¿Y, en el caso de llegar a una votación, qué resultado arrojaría?

Las dos tendencias hacen números. Pero la cosa parece por ahora oscura. No se han registrado opiniones de Africa, que son 250 votos. Son pocas las conocidas de los obispos de Asia. Las dos Américas parecen, divididas, con intervenciones a favor y en contra, sin que pueda calcularse a cuántos votos representa cada intervención.

La impresión por el momento es que ninguna de las dos tendencias sacará los dos tercios necesarios para cualquier decisión. Y aquí se presenta un curioso y extraño problema jurídico: exigiendo, como exige el reglamento, dos tercios de los votos para cualquier decisión conciliar, el resultado del debate depende del modo cómo se plantee la votación. Si se trata de votar el contenido del esquema, éste deberá sacar 1.400 votos para ser aprobado. Pero si se trata de presentar una moción contra el esquema, también esta moción deberá recoger 1.400 votos para ser aprobada. Es lógico que ninguna de las dos tendencias se decida a iniciar su movimiento a favor o en contra del esquema. Esperemos que el espíritu pueda más que la letra del reglamento y que un juridicismo no frene la marcha del Concilio.