Un periodista en el Concilio


16 de noviembre de 1962


SEGUNDO ACTO

La batalla dialéctica ha tenido hoy su segundo acto en el Concilio. Sin muchas novedades al parecer. El comunicado oficial -ayer cauto y escaso- se muestra hoy explícito y dibuja las tendencias con trazos muy parecidos a los que registrábamos ayer, si bien prácticamente ha desaparecido la tendencia de quienes defienden íntegramente el esquema, fundidos éstos con quienes lo creen defendible con modificaciones. He aquí las razones de una y otra tendencia como las expone el comunicado oficial:

Los opuestos al esquema lo rechazan por:
a), el carácter escolástico y la exposición hecha en tono de clase;
b), la falta de sentido pastoral del mismo;
c), la rigidez excesiva de algunas afirmaciones;
d), la insuficiente madurez de los estudios teológicos actuales en relación con algunos puntos tratados en el esquema;
e), el peligro de hacer incomprensible la verdad a los hermanos separados;
f), el olvido del problema de la salvación de los hombres antes de la Revelación y ahora, cuando no están bautizados;
g), el hecho de que el esquema no anime a los estudios científicos, teológicos y exegéticos.

Como se ve, la línea de ataque -con algunos añadidos- sigue siendo la misma. Tampoco hay grandes novedades en la línea de defensa. He aquí los argumentos tomados del comunicado oficial:

"Los Padres que apoyan el esquema, admitiendo, por otra parte, la necesidad de modificarlo en alguna de sus partes, y pidiendo para ello una amplia discusión en el Aula, aducen estas razones:
a), el fundamento de la acción pastoral está en la exposición bien clara de la doctrina;
b), no hay ofensa a los hermanos separados en el hecho de que se intente exponer con toda claridad la verdad que también ellos buscan;
e), fin primario del Concilio es explicar íntegra la doctrina católica;
d), el esquema, tal como ha sido presentado, es fruto de intensos estudios y trabajos realizados por obispos y especialistas y ha sido luego aprobado por la Comisión Central, de la que formaban parte muchos cardenales;
e), los Seminarios y centros de formación eclesiástica esperan del Concilio una orientación clara y concreta sobre problemas doctrinales y exegéticos, de los que hoy se habla en libros y revistas, a veces sin demasiada claridad de ideas y sin un profundo estudio de los diversos problemas."

"Las enmiendas propuestas -prosigue el comunicado- para el esquema en general se refieren a estos puntos: extensión del texto, que se considera demasiado largo; las repeticiones que contiene; la formulación, que resulta más legislativa que pastoral, y en la que parecen prevalecer las tendencias de determinadas escuelas.

El esquema, dicen algunos Padres, puede ser corregido en su planteamiento, conservando la sustancia y dejando aparte algunas cuestiones que no están suficientemente maduras. Se puede alabar a cuantos tratan de buscar la verdad con el estudio y la oración, señalando al mismo tiempo los peligros que acechan a la doctrina."

Pero quizá lo más interesante del comunicado de hoy y lo que constituye la verdadera novedad de la jornada es el párrafo final:

"Alguien ha propuesto que sería muy oportuno crear un grupo de trabajo compuesto por Padres Conciliares de las diversas tendencias, con el fin de buscar puntos de coincidencia que tengan en cuenta las varias opiniones manifestadas en el debate."

¿Está aquí la clave del desenlace? Creo que cada vez son más los que se inclinan a esta solución. Una prolongación del debate podría hacer estridentes las tendencias, separándolas aún más. Porque no es necesario aclarar que los dos grupos de Padres Conciliares se sienten, y son hijos de la Iglesia y fieles guardianes de la verdad, precisamente cuando defienden con calor sus posturas, y nada habría más disparatado que pensar que, como en las novelas del Oeste, unos son los buenos y otros los malos, unos los católicos y otros los herejes o semiherejes.

Es totalmente seguro que, en todo lo sustancial del problema, se registre una plena coincidencia de todos los Padres que hoy discuten a favor o en contra del esquema. Pero aún dentro de la misma verdad, ¡hay tantos modos de decirla!, ¡tantas facetas sobre las que se puede insistir más o menos!, ¡tantos aspectos secundarios pero importantísimos! ¿O acaso no es un signo de vitalidad católica este florecer de modos y posiciones ante un mismo tema? Una igualdad absoluta, un inmovilismo total solo se da en los cadáveres. Y, por fortuna, la Iglesia está más viva que nunca.

Dejemos, pues, al tiempo que haga su obra. Buscando como buscan todos los Padres idénticas metas, encontrarán el camino para alcanzarlas.


barra
página en construcción barra


webmaster:hsotto@ctcreuna.cl