Un periodista en el Concilio


11 de noviembre de 1962


UN ARTICULO APASIONANTE

Estamos viviendo en Roma un fenómeno curiosísimo: mientras en el Aula Conciliar se sigue discutiendo el esquema de liturgia, la atención parece haber desplazado su polo hacia el esquema que pronto entrará en estudio: el de las fuentes de la Revelación.

Hay la sensación de que pocas cosas importantes habrá ya en torno a la liturgia y que las sesiones próximas serán casi más un cumplido que otra cosa, y los Padres Conciliares, en sus reuniones de la tarde, han comenzado a estudiar el nuevo esquema, cuya discusión parece que va a ser apasionante. Las conferencias de los peritos de todas las tendencias -los Padres Danielou, Congar, Rahner y los profesores del Bíblico, por un lado, y los monseñores Spadafora, Romeo y los profesores del Laterano por otro- se multiplican en el seno de los diversos Episcopados.

Mientras tanto, ha sido un artículo norteamericano el que ha abierto los trasfondos del asunto. Desde hace varios días los vendedores de periódicos romanos están desconcertados ante la incesante petición de una revista de la que ordinariamente apenas vendían un par de ejemplares: el "The New Yorker" del 20 de Octubre.

La causa de este insólito interés es un largo artículo de 17 páginas, en el que Xavier Rynne hace un apasionante estudio de las diversas tendencias que viven en la Iglesia y de las posiciones que unos y otros tienen en las vísperas del Concilio. Y los rumores dicen que este artículo ha interesado mucho al Papa.

El artículo -aunque muchas veces se pierde en los meandros de la pequeña polémica, aunque a veces exagera las posturas para dar más interés a sus páginas, aunque maneja a veces datos no completamente exactos- acierta al ver que en un Concilio, muy por encima de lo que pueden interesar sus reformas concretas, está el interés de los encuentros de mentalidades, los intercambios de opiniones, los diálogos de las tendencias. Para entender un Concilio mucho más que a los hechos hay que saber mirar a su trasluz.

¿Y cuál es el trasluz que empieza a dibujarse en este Concilio? Evidentemente, estamos asistiendo al diálogo de dos tendencias. Y no puede excluirse que asistamos a la polémica de las dos corrientes. Hoy por hoy, solo diálogo.

Dos corrientes, una predominantemente conservadora, otra prevalentemente innovadora. Una tradicional, otra moderna. Una juridicista, otra vitalista. Una intelectualista, otra pastoral. Una centralista, otra universalista.

Por el momento, estas dos corrientes apenas se han dibujado, ya que los problemas litúrgicos no se prestan a una mayor discrepancia, aunque ya podemos registrar muchos apuntes de la diversidad de ideologías. El próximo esquema sobre las fuentes de la Revelación quizá nos reserve sorpresas.

Por de pronto, hemos asistido ya a la primera escaramuza. Monseñor Spadafora, profesor de la Universidad Lateranense, distribuyó en los primeros días del Concilio un folleto contra los métodos de estudio del Instituto Bíblico, al que acusaba poco menos que de estar destrozando la Biblia. Y el Pontificio Instituto Bíblico le ha salido al paso con un segundo folleto, poniendo las cosas en su sitio y declarando su doble fidelidad a las directrices de la Iglesia y a las exigencias científicas de la ciencia moderna, doble fidelidad que no hay ninguna razón para no poder coordinar.

Y el ambiente que corre por Roma anuncia que la discusión no será débil en torno al esquema de Revelación, que muchos Padres ven como dirigido según una mentalidad demasiado clara de tendencia más bien conservadora. Pero no hagamos de profetas. "Los periodistas -el Papa nos lo dijo- somos historiadores, pequeños historiadores." Esperemos.

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