Un periodista en el Concilio


25 de octubre de 1962


"LA VERDADERA REFORMA LITURGICA AUN NO SE HA HECHO"

La mañana de este jueves -vacación en el Aula conciliar, como en todas las aulas- la ha llenado la estupenda conferencia del P. Schmitz. Holandés, perito en la comisión conciliar, profesor en la Universidad Gregoriana, ha impresionado a todos los periodistas por su naturalidad, por la apertura de su espíritu y por su fabuloso dominio de lenguas: ha respondido en, al menos, cinco lenguas, sin que se le notase el menor esfuerzo. He aquí algunas de sus respuestas:

-Es necesario que vosotros, periodistas difundáis, para evitar desilusiones momentáneas de los fieles, la idea de que, casi con toda seguridad, el Concilio no decidirá reformas concretas, sino que solo trazará normas generales, que luego comisiones de expertos aplicarán a lo largo de cuatro o cinco años.

-Hoy nadie duda de que hace falta una profunda reforma litúrgica. En las reformas hechas en los últimos años se han tocado detalles, pero no se ha hecho la reforma profunda y completa que es necesaria, sobre todo teniendo en cuenta que el ideal de la liturgia en estos cuatro últimos siglos, en lugar de haber sido la "vida" litúrgica, ha sido la "estaticidad" litúrgica.

-El problema litúrgico es simplemente un ángulo más del problema de la Iglesia frente al mundo moderno. Nuestra liturgia es bellísima, pero es extranjera al mundo moderno y a la realidad social contemporánea y, por tanto, no puede ejercer influjo en las masas.

-Los principales problemas que esta reforma tiene que plantearse son -a mi modo de ver- éstos: ¿Ha sido un acierto introducir en los países de misión la liturgia romana? ¿No hubiera sido más apropiada la liturgia oriental para los pueblos de cultura oriental? ¿Es conveniente mantener en la liturgia romana el criterio de uniformidad o debe tenderse hacia una multiformidad de ritos como en Oriente? ¿En la liturgia ha de prevalecer el espíritu "rubricista", detallista, que ha imperado hasta hay, o más bien un espíritu de contacto vital entre los sacerdotes y los fieles? La liturgia romana es hoy una liturgia hierática, clerical, ¿no habrá que buscar unas formas típicamente populares? Frente a una espiritualidad típicamente individualista, que en el fondo sólo nace del egoísmo, ¿no habrá que respirar en nuestro siglo una piedad más colectiva, más social, más eclesiástica, más católica?

-Es un error confundir "la lengua de la Iglesia" con "la lengua de la liturgia de la Iglesia". La Iglesia puede tener una lengua oficial, pero esto no implica que sea la única lengua oficial de la liturgia. Aparte de que decir que el latín es la lengua oficial de la liturgia es un error histórico, no solo por lo que se refiere a los ritos católicos orientales, sino también con referencia al rito latino. En muchos documentos "oficiales" se aceptan otras lenguas para la liturgia en grandes partes de la misa y sacramentos.

-La reforma del breviario hecha hasta ahora no ha sido una verdadera reforma litúrgica. Se han modificado algunas rúbricas, pero el breviario sigue necesitando una revisión completa de su estructura, que sigue siendo monástica cuando la mayoría de los que lo rezan no son monjes.

-No puede decirse que haya hoy dos corrientes entre los liturgistas, unos que miren hacia el futuro y otros hacia el pasado. Hoy todos los que piensan en liturgia toman la postura que señaló el Papa en su discurso de apertura del Concilio: "desde las raíces del pasado construir el presente". Así, pues, sólo hay un "movimiento" litúrgico. Aunque, naturalmente, fuera de este "movimiento" están los que no se mueven.

-Sí, habrá que dar un mayor puesto a la mujer en la liturgia. Observen que en este problema hay cosas que no son realistas en la liturgia de hoy: está prohibido que las mujeres canten en el coro. Y todos sabemos que cantan en todas las iglesias. Está prohibido que ayuden a misa, pero, en cambio, pueden contestar desde su banco. Y todo esto no es de la tradición antigua cristiana, sino de los siglos en los que la mujer era menospreciada. Recuerden que en la Iglesia primitiva existían las diaconisas, que tenían también funciones directamente litúrgicas.

-Debemos estudiar a fondo las liturgias de los cristianos separados. No hay ninguna dificultad en admitir que es posible que determinadas tradiciones se hayan conservado mejor entre ellos que entre nosotros y que en ciertos puntos se hayan adaptado mejor ellos a la realidad que nosotros, Así los protestantes; nos han dado una lección en su culto litúrgico a la Biblia y en su adaptación de salmos y cantos. Y los ortodoxos han conservado la pura tradición evangélica de la comunión bajo las dos especies, que entre nosotros sólo conservan los orientales.

-No hace falta señalar que todas éstas son opiniones personales. Pero no les quepa duda de que todos estos son problemas que se planteará el Concilio y que en todos ellos se dará un gran paso adelante. Porque los tiempos están maduros.


CHARLANDO CON LOS OBISPOS

Esta tarde nos hemos ido de excursión, tres periodistas con tres obispos, a las orillas del lago Albano. Ellos se han quitado todos sus colorines rojos y han ocultado cuidadosamente el pectoral bajo la dulleta, Y hemos charlado mucho.

Nos cuentan muchos pequeños detalles de las sesiones, tantas cosas como pueden decir sin violar el secreto. Cómo -por ejemplo- cada uno de los presidentes tiene un estilo distinto de dirigir. El cardenal Rufina habla con un elegantísimo latín y le gusta introducir entre intervención e intervención alguna frasecita que rompa la monotonia, y algunas esas hace sonreír con su humor a los oyentes. Un día advirtió a un Padre, que estaba tomando alturas oratorias, que "a los predicadores no se les predica". El cardenal Alfrink, en cambio, es austero y rígido; cuando han pasado los diez minutos, corta al que está hablando y da la palabra al siguiente. El cardenal Frings no se cuida tanto del reloj; como apenas ve, se guía un poco por su buen sentido y corta cuando le parece, más o menos. Y la disculpa de su semiceguera le viene muy bien para "equivocarse" y cortar antes de tiempo a los aburridos. Pero quizá lo más curioso es lo que pasa con el cardenal Spellman: pronuncia con un latin tan inglés que nadie entiende el nombre del que ha de intervenir, y más de una vez ha ocurrido que nadie acude al micrófono.

Nos explican también que las sesiones son muy duras, porque no hay ningún descanso entre intervención e intervención. El presidente siempre dice dos nombres: el del que ha de hablar y el del siguiente, para que baje al micrófono que hay en cada compartimiento de sesenta asientos. Con lo que, apenas ha terminado uno, comienza a hablar ya el siguiente. Bueno, más que a hablar, a leer, porque todos leen.

-¿Y los bares?

-Ahora están pobladísimos -nos dicen-. Parece que los Padres los han descubierto ya. Y les han puesto nombres biblicísimos: "Bar Jona" ("Hijo de Jonás", el nombre de San Pedro en hebreo), y "Bar...rabas". ¡Qué no daría uno por ser camarero de uno de esos dos bares!

Y los obispos se gastan bromas unos a otros. Son argentinos y resulta divertidísimo oír hablar del Concilio en gaucho:

-Estamos nosotros allá tan lindos -dice un arzobispo-, y de pronto nos llega desde allá atrás, desde la popular, un rumor de murmullos, como una ola.

-Y a nosotros -responde el más joven- nos llega desde el "grandaje" un olor a naftalina...

Nos hablan también de las duras sesiones de estudio de las tardes. Y ya pienso en la importancia de quienes trabajan en las sombras: los peritos, que casi cada tarde dan una conferencia a este o a aquél Episcopado, que redactan, corrigen y elaboran las intervenciones de los obispos. Son, muchos de ellos, hombres jóvenes, desconocidos, pero ¡qué papel importante el suyo en este Concilio!


PREOCUPACION POR LO DE CUBA

Y sobre todas las conversaciones gravita la preocupación por lo de Cuba. ¿Y si ahora estallase una guerra que tirase al aire tantos sueños y proyectos? Dios no puede permitir algo tan dramático como habernos puesto los frutos en la mano y quitárnoslos ahora.

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