Fue en esta misma ocasión cuando Luis Veuillot tituló su crónica con esta frase "El Concilio está hecho". Pero con qué distinto sentido. Para Veuillot, el Concilio estaba hecho una vez que su tendencia habia copado la mayoria de las comisiones en el Vaticano I. Hoy puede decirse que el Vaticano II está hecho porque en las comisiones no ha triunfado ninguna tendencia, ninguna nacionalidad, ningún modo concreto de pensar. Porque la elección de las comisiones ha ratificado la decisión de este Concilio de ser verdadera y realmente católico.

Da gusto repasar estos 106 nombres elegidos para las siete comisiones, cuya composición ha sido hecha pública. La primera nota que nos salta a los ojos es su universalidad: 18 iberoamericanos, 15 italianos, 12 norteamericanos, ocho alemanes, siete españoles y siete franceses; seis orientales y otros seis del resto de Asia; cinco africanos, cuatro belgas y cuatro canadienses; tres holandeses y tres ingleses; dos austríacos y dos irlandeses; un portugués y otro de Luxemburgo. Sí, una lista verdaderamente católica.

Pero, dentro de esta universalidad, no puede ocultarse lo que esta elección tiene de aplauso para el Episcopado centroeuropeo. Nada menos que 66 de los 106 nombres elegidos han salido de la lista universal por ellos preparada, ¿Y cómo no ver que han sido su obispos quienes han recibido mayor número de votos? Las listas han sido publicadas -y es curiosa la valentía del Vaticano haciéndolo así- por orden de votos obtenidos. Y en ellas podemos observar que los ocho Padres que representan a Alemania están situados entre los cinco primeros de cada lista y que los mismos puestos ocupan los siete franceses elegidos, mientras que solo tres de los 15 italianos, uno de los 12 norteamericanos, tres de los 18 iberoamericanos y uno de los siete españoles elegidos figuran en la avanzadilla de las listas.

Otros hechos curiosos: el obispo que más votos ha conseguido -según nos han dicho- ha sido el de Linz, que ha sacado más de 2.000. Y, al parecer, no han sido muchos los que han conseguido mayoría absoluta, si bien parece que casi todos los elegidos han sobrepasado los 700 votos. El Papa no ha querido prolongar más las elecciones, y ha aceptado esta mayoría.

Nada menos que 45 de los elegidos no pertenecían a ninguna comisión preparatoria, y solo 45 han sido confirmados en la misma comisión a la que pertenecieron.

Un nuevo dato de interés, que demuestra la libertad con que han votado los Padres del Concilio: ninguno de los cardenales elegidos encabeza las listas de las Comisiones conocidas por el momento. Pero, por otro lado, han salido elegidos muchos cardenales, dos por lista en la mayoría de las Comisiones.

Y no menos han sorprendido los ocho nombramientos que el Papa ha hecho ya para la comisión litúrgica. Se esperaba que fuesen mayoría de hombres de curia, y el Papa no ha metido ni al secretario de la Congregación de Ritos, Monseñor Dante. Ha elegido a dos cardenales, a tres superiores religiosos (realmente, los religiosos apenas quedaban representados en las comisiones) y a los tres Padres que más votos habían sacado en la elección después de los dieciséis primeros. Con lo que el Papa se limitaba casi simplemente a seguir la línea marcada por la votación.

Sí, en verdad que el Concilio está hecho; es decir, ya sabemos que no será un Concilio de derecha ni de izquierda, avanzado ni conservador, de tal o cual nación. Será -gracias al cielo- un Concilio de todos ¿Quién podía desear más?

Y mañana comienzan las sesiones ordinarias. Liturgia en juego.