Esto empieza a animarse: hoy votación. También fue corta la sesión de esta mañana. Prácticamente se redujo a la votación de candidatos, salvo el breve debate de su comienzo. Ha sido el cardenal Ottaviani quien ha pedido la palabra para hacer una propuesta antes de la votación. Al concedérsela, el cardenal del Santo Oficio advirtió que no convenía tardar demasiado en comenzar los debates conciliares, hay muchos asuntos de que hablar y estos retrasos iniciales hacen perder un tiempo precioso a los obispos que no han de estar demasiado tiempo fuera de sus diócesis. Para ganar tiempo el cardenal propone que no sea necesaria la mayoría absoluta de votos para ser elegidos, sino que baste la mayoría relativa.

Como es sabido, según el reglamento del Concilio tras la primera votación se consideran elegidos aquellos Padres que consiguen la mayoría absoluta, más del 50 por 100 de los votos de la asamblea. En la segunda ronda se vota para los puestos aún vacantes y también se exige mayoría absoluta para los candidatos. Si en estas dos votaciones no hubieran salido 16 miembros para cada comisión con mayoría absoluta, en la tercera quedarían elegidos sin más los que más votos hubieran conseguido.

El procedimiento es evidentemente lento, dado que no es fácil, recoger 1.300 votos, los necesarios para ser elegido, y al ser 400.000 los nombres a escrutar, serían necesarios intervalos de al menos tres o cuatro días para hacer los escrutinios.

Apenas oída la intervención del cardenal Ottaviani intervino el cardenal Roberti, uno de los mejores juristas de la Iglesia y uno de los autores del reglamento conciliar, para recordar que el reglamento había sido puesto por el Papa a la asamblea y que sólo el Papa podía modificarlo. La asamblea, pues, debía atenerse a lo reglamentado, salvo en el caso en que el Papa quisiera atender a la petición del cardenal del Santo Oficio.

Tras la deliberación de la presidencia se comunicó que, de momento, se mantenía lo reglamentario, es decir, se exigía la mayoría absoluta, si bien se presentaría la sugerencia al Papa.

Así las cosas se entró a la votación. Pero aquí ya hay hechos importantes: a los Padres se les entregó el folleto con las listas de candidatos presentados por las diversas conferencias episcopales. Este folleto, impreso en la tipografía vaticana, recogía la lista italiana, que ofrecía cinco nombres italianos y doce extranjeros para la comisión teológica, más otros cuarenta y cinco italianos para las otras nueve comisiones; la lista de los orientales, con 16 nombres para la comisión para las Iglesias orientales y otros siete para otras comisiones; la lista de los obispos asiáticos, la de los africanos, la de los superiores de Ordenes religiosas y... la lista centroeuropea. La sorpresa estuvo aquí. Pues, mientras las demás comisiones episcopales presentaban listas, en su mayoría, con candidatos tan sólo de la nacionalidad que la presentaba, los Episcopados de Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, Austria y Yugoslavia presentaban una gran lista completa con 16 nombres por comisión elegidos entre todas las naciones del mundo, entre ellos, por ejemplo, ocho españoles y 10 italianos. ¿Hace falta señalar la buena impresión que esta lista ha causado por su apertura verdadera y extraordinariamente católica? En los ambientes periodísticos se supone hoy que los incluidos en esta lista tienen unas grandísimas posibilidades de ser elegidos. Y esto puede darse casi por seguro respecto a aquellos candidatos que coincidan en esta lista y en la del CELAN, que recogerá casi todos los 600 votos de los hispanoamericanos.

Ahora habrá que esperar cuatro o cinco días para conocer el resultado, porque el escrutinio será largo. Van a hacerlo los alumnos del Colegio de Propaganda Fide.